¿Cómo convivir con un transtorno de la conducta alimentaria (TCA) en Navidad?
Sabemos que en Navidad nuestros hábitos y nuestro estilo de vida pueden cambiar con relativa facilidad. Reducimos o incluso dejamos a un lado el ejercicio físico, nuestra rutina de sueño se altera al estar de vacaciones o debido a los días festivos, aumentamos el consumo de alcohol, y nuestra alimentación se modifica. Para las personas que padecen un Trastorno de la Conducta Alimentaria (Anorexia Nerviosa, Bulimia Nerviosa, Trastorno por Atracón, entre otros), la Navidad es un periodo muy difícil y complejo donde sus miedos aún se manifiestan con mayor intensidad. Recordemos que, en un trastorno de este tipo, aunque los miedos aparezcan en forma de temores relacionados con la imagen, el peso y la figura corporal, los verdaderos miedos que se esconden detrás son miedos que hablan y cuestionan la percepción de valía y capacidad personal, el control sobre uno mismo y su vida, y el temor al fracaso. Teniendo en cuenta esto, imaginemos por un momento viéndonos en la obligación de tenerlos que exponer de golpe y sin anestesia a todos estos miedos, y bajo la presión, no sólo de nuestros amigos y familiares, sino de la sociedad al completo.
¿No parece algo fácil verdad? Para una persona que está padeciendo un Trastorno de la Conducta Alimentaria, la Navidad implica tener que lidiar con un mayor nivel de ansiedad, una mayor sensación de indefensión y vulnerabilidad, una mayor culpa, que se dispara tras ingerir una mayor cantidad o tipo de alimentos (por lo general más calóricos, por ejemplo, los dulces navideños), y una mayor dificultad para gestionar sus impulsos ante la presencia de los alimentos. Otro aspecto muy a destacar en estos casos, es la reacción de las personas que rodean a quien padece un trastorno de este tipo. Muchos familiares y amigos, sobre todo los más allegados, creen que la Navidad puede ser un buen periodo para ayudar a su hij@, pareja, herman@ o amig@, a superar el problema, impulsándole a que ingiera una mayor cantidad de alimentos y empleando comentarios del tipo: “comete esto, te sentará bien”, “¿ya no comes más?”, “¡prueba esto, está delicioso!”, “no pasa nada si comes un poco más”, “estás muy delgado/a puedes permitírtelo”, entre otros. Lo cierto es que para la persona que padece un TCA, más allá de serles de ayuda, estos comentarios aún le hacen sentirse más solo@ e incomprendid@.
¿Qué podemos hacer en Navidad para ayudar a las personas que padecen un TCA?
Evita hacerle comentarios relacionados con la comida.
Evita insistirle para que ingiera determinados alimentos.
Evita hacerle comentarios relacionados con su peso e imagen corporal.
Ayúdale a estructurarse y a gestionar sus impulsos sirviendo la comida en los platos de todos los comensales, evitando en la mayoría de lo posible, platos a compartir.
Una vez hayáis acabado los aperitivos, plato principal o postre, retira de la mesa los restos de comida.
Ofrece aperitivos y comidas saludables y equilibradas, y bebidas sin alcohol.
Demuéstrale tu afecto y comprensión si observas que está incómod@ o ansios@.
Mantén conversaciones sobre otros temas que os interesen y tengáis en común.
Propón juegos y actividades en grupo.
Para quienes conviven con alguien que padece un TCA, la Navidad puede ser un buen momento para demostrarle a esta persona afecto, cariño, empatía y amor incondicional, ¡aprovéchalo!
Puedo ayudarte. ¡Si quieres más información sobre cómo ayudar a una persona con Trastorno de la Conducta Alimentaria no lo dudes y ponte en contacto conmigo!
Alicia Canales Aguilar
Psicóloga y Psicóloga General Sanitaria.
Especialista en psicoterapia para adultos y terapeuta de parejas.
Col. núm. 18089.