Autoestima – La estima hacia uno mismo

Autoestima

¿Qué es la autoestima?

La autoestima es la estima que uno se tiene a sí mismo (auto, significa “de o por mí mismo” y estima, significa “aprecio o consideración”). Cuando hablamos de buena o baja autoestima, nos referimos, por tanto, a la opinión y al aprecio o consideración que uno tiene sobre lo que piensa de sí mismo.

 

¿Sobre qué aspectos de nosotros mismos opinamos o tenemos aprecio?

Los aspectos que para nosotros acostumbran a ser fundamentales son: la capacidad intelectual, habilidades y capacidades personales y sociales, apariencia física o imagen corporal, forma en cómo nos relacionamos y el tipo de relaciones que tenemos, nuestra rutina o día a día, y nuestra vida íntima y sexual.

Cuanto mejor sea esa opinión o aprecio que uno sienta sobre sí mismo, más satisfecho estará y, por tanto, mejor será su autoestima. Cuanto peor sea el concepto que tenga sobre sí mismo, peor será su autoestima.

 

¿Sobre qué elementos se sustenta nuestra autoestima?

Modelos educativos en la infancia. Existen tres modelos o estilos educativos. El modelo educativo autoritario, el democrático y el permisivo. Un modelo educativo autoritario se centra en aquello que creen los padres sobre qué es lo adecuado para sus hijos. Por tanto, considera que sólo existe un camino “correcto”, centrando todo su esfuerzo en dirigir al niño hacia ese camino. Esto puede provocar la no contemplación de las necesidades e intereses del niño. En un modelo educativo democrático, los padres explican, negocian y son flexibles ante las ideas, opiniones y deseos del niño. Este estilo educativo favorece la autonomía e independencia del niño, y le estimula ante la toma de decisiones y la expresión emocional, de derechos y necesidades. Un estilo educativo permisivo considera, sin embargo, que existen todos aquellos caminos que el niño quiera contemplar. Cuando un niño se somete a este modelo educativo puede llegar a sentirse indefenso y desprotegido, al no recibir pautas que le guíen en el proceso de crecimiento.

 

Emociones – Derechos – Necesidades. Cuando hablamos de emociones, nos referimos a la identificación, expresión y gestión de la tristeza, la rabia, el miedo, entre otras. Cuando hablamos de derechos, hacemos referencia a la oportunidad para decir “NO”, a la expresión de nuestras emociones, deseos, opiniones, etc., a la posibilidad de pedirle a alguien alguna cosa que necesitemos, etc. Cuando hablamos de necesidades, éstas suelen ser: ser querido, respetado, acompañado, validado, válido y útil, sentirse un igual (sentir que pertenece a un grupo), pero también sentirse único. Cuando nuestras acciones son coherentes con aquello que sentimos, con nuestros derechos y nuestras necesidades, la autoestima se siente plena y feliz.

 

Normas autoimpuestas. Todos nos basamos en determinadas “directrices” a través de las cuales, funcionamos. Estas normas son útiles y necesarias para nosotros puesto que nos sirven de guía. Las más comunes suelen ser: “he de ser bueno”, “he de ser competente”, “he de ser valioso”, “he de ser suficiente”, “debo controlar”, “he de tener éxito”, “he de estar acompañado”, “he de ser querido”. Cumplir con ellas en todo momento, sin embargo, no nos garantiza nuestra protección ni la felicidad. De hecho, cuando estas normas se vuelven rígidas e impenetrables, provocan que nos olvidemos de nuestras emociones, derechos, necesidades y fortalezas, y que nuestro único objetivo sea acatarlas a toda costa, sin ponerlas en duda o cuestionarlas en ninguna ocasión, algo que inevitablemente daña nuestra autoestima.

 

Sentido de pertenencia y unicidad. En cuanto al sentido de pertenencia, es un sentido que todos tenemos y que, de hecho, resulta útil en nuestra especie. Este sentido y necesidad de pertenencia provoca que sintamos miedo al abandono y a la soledad. Cuando este miedo es inmensamente intenso, nuestras fuerzas y objetivos acaban centrándose en evitar que ese temor se haga realidad. Al dirigir todas nuestras fuerzas hacia ello, empezamos a olvidarnos de nuestro ser y a “abandonarlo”. Al abandonarle, éste empieza a sentirse “vacío”, con la sensación de que no tiene valor, de que está indefenso y es vulnerable. Al sentirse de este modo, se inicia un círculo vicioso alimentado por el miedo y la falta de recursos para salir de él.  Este círculo provoca que el sentido de unicidad (necesidad de percibirse como alguien único por sus cualidades), se vea desnutrido y carente de valor, afectando, por tanto, a la visión que uno acaba teniendo de sí mismo.

 

¿Por tanto, cómo podemos saber si tenemos una baja autoestima?

Si acostumbras a ser una persona muy normativa y tendente a ser demasiado autocrítica, transmitiéndote mensajes del tipo: “no soy suficiente para el otro”, “no valgo”, “no soy capaz”, etc., y/o tiendes a ser a ser desleal o incoherente con tus sentimientos, derechos y deseos o necesidades, es posible que tu autoestima esté desvirtuada y, por tanto, sea baja.

En estos casos, nuestro “yo” pasa a posicionarse en un segundo plano, se desgasta, se entristece y se apaga. Si por ejemplo sentimos tristeza o rabia, pero tendemos a tomar la decisión de negar o reprimir la emoción, nuestra conducta, aquello que se ve, acaba siendo incoherente con nuestras emociones. Si esto se perpetua en el tiempo siendo lo habitual, la información que mandamos a nuestro cerebro es “tus emociones no cuentan, no son importantes, por tanto, tú no eres importante”.

Una baja autoestima es la base y la consecuencia de muchos problemas como, por ejemplo: trastornos de ansiedad como la ansiedad social, trastornos depresivos, trastornos de la conducta alimentaria, adicciones, relaciones interpersonales de dependencia, entre otros.

 

¿Y entonces, en qué se basa una sana autoestima?

Una sana autoestima permite que la persona se escuche y respete a sí misma, y sienta libertad ante la expresión y toma de decisiones. Una persona con una sana autoestima se siente satisfecha de cómo es, y sus miedos no le paralizan, sólo le alertan de los peligros. Una persona con una buena autoestima tiene claro cuáles son sus caminos, pero se permite disfrutar y entretenerse con el paisaje.

Puedo ayudarte a resolver tu baja autoestima. ¡No dudes en ponerte en contacto conmigo!

Alicia Canales Aguilar

Psicóloga y Psicóloga General Sanitaria.

Especialista en psicoterapia para adultos y terapeuta de parejas.

Col. núm. 18089.

Scroll al inicio